Yorgos Lanthimos y Efthymis Filippou son los guionistas responsables de la brillante filmografía del primero que se supera película tras película desde Canino (Kynodontas, 2009), pasando por Alps (2011) y Langosta (Lobster, 2015). Con El sacrificio de un ciervo sagrado (The Killing of a Sacred Deer, 2017), en el que repite con Colin Farrell como protagonista, los griegos se acercan mucho al cine de terror psicológico del director alemán, Michael Hanneke.
En El sacrificio de un ciervo sagrado Colin Farrell es Steven a un cirujano, padre de una chica y un chico y felizmente casado con Anna (Nicole Kidman), que mantiene en secreto encuentros con un chico (Barry Keoghan). Tan pronto es presentado a la familia pone en una situación limite al cirujano poniéndole contra la espalda y la pared. La situación malsana enseguida cobra sentido, un sentido que escapa del razonamiento racional pero que está ahí.
Es conveniente no desvelar mucho más del argumento, porque cómo las anteriores, Yorgos Lanthimos consigue crear una atmosfera en que todo es raro, todo es sospechoso y tu cabeza no dejará de dar vueltas por comprender a los personajes y la situación. Y en El sacrificio de un ciervo sagrado incluso comprobarás tu nivel de empatía y cuestionarás tu poder de juicio sobre la situación. Y quién no quiere disfrutar de una película en todo su esplendor.
Se crean situaciones en la línea de películas como Tenemos que hablar de Kevin (We Need to Talk About Kevin, Lynne Ramsay, 2011) o Funny Games del mencionado director, Michael Hanneke.
Pero Yorgos Lanthimos logra crear incomodidad incluso en momentos tan mundanos o, en cierto sentido, románticos como cuando una de las protagonistas canta a capella Firework de Katy Perry. Y no es la primera vez, siempre inserta un tema popular en sus películas como poniendo de nuevo los pies del espectador en el suelo y recordándole que seguimos aquí, que todo lo que estamos viendo en pantalla es «real».
Reconozco que sus películas pueden no ser fáciles, pero cada vez logra historias más crudas, menos rebuscadas, que pueden resultar más fáciles de ver para el público general. El tándem Lanthimos-Filippou cada vez hilan más fino, sutilmente crean unas tramas originales y complejas que parecen ser la cima del iceberg, hasta su siguiente producción que se superan con creces.
El sacrificio de un ciervo sagrado es altamente recomendable, no esperes nada pero prepárate para sentir el terror más puro, ese del que no conseguirás nada con taparte los ojos.
Estreno en las salas españolas el 1 de diciembre