Aubrey Plaza capitanea esta comedia surrealista en el que lo de menos es la lógica. Segundo largometraje del director británico Jim Hosking en el que da un salto cualitativo, narrativamente hablando, respecto su anterior obra The Greasy Strangler (2016).
An Evening with Beverly Luff Linn (2018) nos presenta la llegada de un gran y enigmático artista al pueblo que altera el orden común de las cosas, hospedado en un respetuoso hotel, postergará su show por motivos desconocidos, de mientras el matrimonio de Lulu y Shane atraviesan problemas, Shane contará con la ayuda de sus empleados para solucionar los problemas, el hermano de Lulu ha sido atracado en su tienda y contrata a Colin, un matón que conoce en una lavandería, para recuperar el dinero… las acciones alocadas se suceden en pantalla conectadas de una forma hilarante.
Aubrey Plaza se hizo un hueco en nuestros corazones con su personaje April Ludgate en la serie Parks and Recreation (disponible en Prime Video) y se está labrando una filmografía de lo más variopinta en el terreno indie, desde las muy recomendables Life after Beth (Jeff Baena, 2014), Ingrid Goes West (Matt Spicer, 2017), The To Do List (Maggie Carey, 2013) o Safety Not Guaranteed (Colin Trevorrow, 2012), a papeles testimoniales en otras como Joshy (Jeff Baena, 2016) o Damsels in Distress (Whit Stillman, 2012). En An Evening with Beverly Luff Linn ocupa el rol motor de la toda la historia y, sin embargo, está contenida. La comedia absurda y surrealista termina por anular muchos chistes y disparates aunque, por fortuna, nunca llegan a incomodar así que cada espectador encontrará el momento de reírse por una cosa u otra.
Acompañan a Plaza un plantel de actores como Emile Hirsch (La autopsia de Jane Doe) que está especialmente desternillante con un papel histriónico, su compañero de hazañas, el actor Jemaine Clement (de Flight of the Conchords) tiene sus puntos, el gran Beverly Luff Linn (interpretado por Craig Robinson) resulta pesado en pantalla con esa incomunicación forzada, y por lo tanto bastante desaprovechado.
El tipo de cine que Jim Hosking ofrece en An Evening with Beverly Luff Linn no debería requerir tanta atención pero la pluralidad de personajes y situaciones las exige, posiblemente una línea más arbitraria o ligera permitiría mejor disfrute para el espectador. La película peca de excesivo metraje que finalmente juega en contra de una historia fresca e intrigante, con menos minutos hubiese podido sumar más seguidores con la aparición de los créditos. Se hace complicado recomendarla puesto que es una película para espectadores de gustos amplios, sería como recomendar Muchachada Nui o Monty Python’s a alguien que no conoces, puedes salir tan bien como mal parado.
Proyectada en el Americana Festival de cine independiente norteamericano 2019. Hay un nuevo pase de An Evening with Beverly Luff Linn el domingo 10 de marzo a las 18:15 en Zumzeig Cinecooperativa.