De todos los títulos de la saga James Bond (y quiero decir títulos, literalmente), La espía que me amó (The Spy Who Loved Me, Lewis Gilbert, 1977) ha sido el más utilizado a la hora de hacer parodias (por cierto, la traducción correcta habría sido El espía no La espía, ya que el Spy hace referencia a James Bond). Un nuevo ejemplo de esta tendencia es la comedia de acción protagonizada por Mila Kunis (Malas madres) y Kate McKinnon (Cazafantasmas) El espía que me plantó (The Spy Who Dumped Me, Susanna Fogel, 2018).
Audrey (Mila Kunis) está pasando el peor cumpleaños de su vida, ya que, sin ninguna explicación, su novio Drew (Justin Theroux) la ha dejado. Pero la vida de Audrey da un giro inesperado cuando descubre que su novio es un espía que trabaja para la CIA y que la ha involucrado en una peligrosa misión. Audrey y su mejor amiga Morgan (Kate McKinnon) se verán envueltas en una complicada trama a través de Europa que puede costarles la vida, además del peligro que corre la seguridad del mundo libre.
El argumento que sirve de base a esta comedia resulta bastante familiar, ya que ha sido utilizado diversas veces. Sin embargo, el punto fuerte de la película no es su argumento sino las dos protagonistas. Si el estilo de comedia que explota el film os hace gracia, la película os hará pasar un buen rato. En caso contrario, posiblemente os resulte aburrida. Siendo honesto, Kate McKinnon me hace reír y siempre he disfrutado de la presencia de Mila Kunis, así que para mí la película funciona aunque soy consciente de sus deficiencias.
La directora y coguionista Susanna Fogel sumerge a sus protagonistas en una trama de espionaje para que, mientras intentan sobrevivir, analicen sus relaciones y opciones vitales. Si fuese una típica comedia romántica esto sucedería entre cafés y apartamentos, aquí entre tiroteos y persecuciones. El film explota al máximo la calificación “R” en Estados Unidos (el equivalente aquí a “para mayores de 18 años”), con escenas de acción muy violentas y sangrientas, más de lo que cualquier título de la saga James Bond se puede permitir. Para ser una comedia, además de sangrientas, las escenas de acción están muy bien rodadas y ejecutadas.
La comedia viene dada principalmente por las reacciones de las dos protagonistas ante el absurdo en que se ven metidas. Kate McKinnon acapara el protagonismo en este aspecto, ya que su Morgan es una persona extrema metida en una situación mucho más extrema. Un factor a tener en cuenta, en lo muy o poco divertida que os puede resultar esta película, es que hay muchos diálogos y juegos de palabras cuya efectividad se pierde en la traducción, por ejemplo lo parecidos que suenan en inglés “Balzac” y “ballsack” (escroto). Los sustitutos buscados para que los diálogos tengan sentido en castellano no funcionan de la misma manera.
Si bien no pasará a la historia por su innovadora historia, El espía que me plantó me pareció una película muy divertida y entretenida. Y hago énfasis en lo subjetivo, ya que, como decía al principio, depende mucho de las preferencias de cada uno y la facilidad para seguir el film en versión original el que disfrutéis también o no con ella.