La ficción española siempre ha carecido de ese punto de entretenimiento vacuo cuando se ha basado en hechos reales patrios, por una razón u otra, la ficción verídica con tintes dramáticos es mejor aceptada, incluso recibiendo reconocimientos y premios en pos de los que son directamente obras escapistas. Por eso, toda esa parte de acción y diversión popular que abordó los tebeos en los años 40 y 50 siempre cayó en contar aventuras de fuera, en parajes salvajes, espaciales, del oeste o en guerras que poco tenían que ver con el conflicto español producido pocos años antes. El historietista Boixcar crearía en 1948 la serie de cuadernillos Hazañas bélicas donde realizaría una buena tanda de historias centradas en enfrentamientos bélicos que implicarían a Americanos, Rusos, Chinos, … antes de que la editorial comenzase a producir por su cuenta con nuevos dibujantes y guionistas, pero Boixcar con su estilo marcaría una fuerte influencia en el cómic español venidero.
Seis décadas después, en 2011, Hernán Migoya (Carvalho. Tatuaje) recuperaría este clásico y lo «actualizaría» trayendo los protagonistas de esas historias a territorio español. La Guerra Civil sería la ubicación de todas las historias que protagonizarán republicanos y nacionalistas, incluso contando con la aparición de personalidades de la época como Franco, Azaña o Durruti. Al contrario que los orígenes de Hazañas bélicas de Boixcar, que tenían un perfil más humanista, Migoya quiere reivindicar el pulp, el entretenimiento puro y duro, sin importar si quien acaba bien o mal parado es de un bando u otro, de hecho, no queda títere con cabeza.
Norma Editorial recupera en un solo volumen todas las entregas de Nuevas hazañas bélicas que en 2011 y 2012 llegaron a los quioscos, además de un par inéditas que nunca llegaron a ver la luz, publicadas por Glenat / EDT. El libro lo abre un texto sincero del escritor y guionista de cómics Sánchez Abulí donde narra sus encuentros y finalmente la amistosa relación que mantiene con Hernán Migoya, pero también muestra el respeto de este por la profesión. A continuación son las historias, en el orden de publicación original, las que prosigue alternando entre la serie azul, centrada en el bando nacional, y la serie roja, esta vez en el bando republicano. Un epílogo del propio Hernán Migoya y una galería completa del fantástico arte que Daniel Acuña realizó para cada una de las portadas del cuadernillo original cierra este integral de Nuevas hazañas bélicas.
22 historias son las que Hernán Migoya guioniza para otro tanto de grandes artistas en los que podemos encontrar nombres importantes como Edmond (Jan Europa), Joan Escandell, Kim (El ala rota), Calpurnio o Enrique Ventura, también sorprende la participación de Cels Piñol, Juanjo Sáez o Miguel Angel Martín a los que personalmente no imaginé dibujando historietas de guerra. Otros talentos naturales que participan son Albert Monteys, Danide o Sequeiros, incluso vemos viejos conocidos con los que Migoya trabajó ya en el pasado como Juaco Vizuete, Joan Marín o haría en el futuro más próximo (en el momento de su publicación original) como Bartolomeu Seguí. Son muchos más los autores que demuestran cómo de amplio es el espectro de estilos que podemos encontrar en Nuevas hazañas bélicas: Pedro Rodriguez, Pere Joan, Miquel Fuster, incluso autores que trabajan para el mercado de superhéroes americano, ahí tenemos a Diego Olmos, Natacha Bustos o Kano, o del mercado francés como Javier Fernández o Keko.
El apaisado es un formato que vuelve, sea por los webcómics adaptados para las pantallas digitales (Blackhand Ironhead), la recuperación de obras clásicas o en algunos proyectos contados que se publican en papel como es el caso de Proezas fanzine, publicación que también homenajea lo que representó los cuadernillos de la época en que Hazañas bélicas apareció.
Pero más allá de lo que Nuevas hazañas bélicas pueda parecer, esta no se trata de un simple homenaje o, estando muy equivocados, de una parodia de lo que fue la obra original en su día. Es el modo de hacer lo que Boixcar no pudo, ficcionalizar la memoria histórica española con fines recreativos. Desde los divertidos juegos de palabras en los títulos a las historias de todo tipo que van desde homenajes a clásicos del cine como capturando sucesos reales para narrar su propia épica, Nuevas hazañas bélicas es pura evasión, divertimento y disfrute, logrando captar la esencia de lo que los cuadernillos de tebeos eran en su época original. Y todo ello no es solo por el fantástico trabajo gráfico de cada uno de los autores, sino por la variedad de enfoques y géneros de los que Hernán Migoya hace alarde en esta obra.
Tanto si en el pasado te hiciste con alguno de los números sueltos de Nuevas hazañas bélicas como, si de lo contrario, no conocías esta ingeniería del cómic español, este integral es un imprescindible. Además, cuenta con una edición fantástica de gran formato y son muchas las horas de gozo que sus páginas proporciona.
Video resumen de la presentación en Barcelona (25 de abril de 2019)