Charles Burns, tras trabajar en Agujero negro (Black Hole) a lo largo de diez años presentaba en 2010, cinco años después, Tóxico (X’ed Out), el primero de los tres álbumes que conformarían su siguiente gran obra. Le seguiría dos años después con La colmena (The Hive), y otros dos para su conclusión con Cráneo de Azúcar (Sugar Skull). Se edita ahora en castellano la recopilación de estas tres obras bajo el título: Vista Final (Last Look).
Vista final es una huida hacia delante con un viaje a los recuerdos para comprender el presente; un ciclo que se repite en la vida del protagonista, una vez más. Por un lado tenemos a Nitnit, conocido también como Johnny 23, que se despierta en la cama con una cura en la cabeza, de pronto atraviesa un agujero de la pared persiguiendo a su gato y llega a un mundo de seres extraños que no hablan su idioma. Enseguida hará un compañero de viaje que le ayudará a sobrevivir en este desconocido lugar en el que a menudo encuentra cosas que le recuerdan a algo.
Al otro lado está Doug que se despierta en la cama con una cura en la cabeza y rodeado de objetos como una grabadora/reprodcutora de cintas, fotografías polaroids, una libreta, revistas y cómics. Es a partir de estos que el protagonista recuerda sus perfomances recitando poesía con ruidos de fondo ataviado de una máscara, también recuerda cómo conoció a Sarah y sus problemas con el ex, o qué tipo de relación mantenía con su padre enfermo…
Mientras la historia de Jhonny 23 avanza de forma lineal, la de Doug tiene saltos temporales al pasado que nos ayuda a comprender los paralelismos entre ambos planos narrativos. Todo tiene su porqué, en el mundo fantástico del primero el protagonista no recuerda nada y trata de ordenar sus pensamientos y descubrir qué le atormenta. Charles Burns utiliza un estilo gráfico que homenajea directamente el arte de Hergé y sus álbumes de Tintín. El plano de Doug es el realista, aquí el dibujante utiliza su habitual estilo gráfico, Doug se auto-medica, tiene auténtico pavor por afrontar la realidad y se recluye en los recuerdos, al principio positivos para consolarse pero la espiral de acontecimientos le llevará a enfrentarse a la cruda realidad.
Charles Burns consigue una vez más crear una atmósfera enfermiza donde el desconcierto campa a sus anchas, se le ha comparado con Lynch y no les falta razón, Vista final es una historia donde no llegas a comprender del todo qué está pasando hasta su final cuando el rompecabezas para encajar del todo.
Por norma general las obras de Charles Burns suelen ser en blanco y negro (Skin deep) por lo que algo a destacar es el color de Vista final, aunque siempre con colores planos y su tradicional sombreado opaco y rayado, Charles Burns logra un gran trabajo aparentemente sencillo pero nada más lejos de la realidad. Con momentos sombríos, de pura pesadilla, a otros más vivos y llenos de esperanza.
Vista final es una obra excelente que no hace más que afianzar la maestría de Charles Burns como narrador, además de como dibujante. Agujero negro ha alcanzado, merecidamente, las cotas de obra de culto, y con esta también llegará.