Sara G. y Chico Morera, responsables de Natalie_Net (2015), Blood Room (2016) y Solo secuencias (2018), hacen equipo con Sara R. Ibáñez para escribir su primera novela. El vigilante publicado por Ediciones Dorna.
La novela comienza presentándonos a su protagonista con solo seis años de edad cuando pierde a su madre en un accidente de tráfico. Desde ese momento Nayla comienza a ver que una figura extraña, un encapuchado al que nunca logra ver la cara, siempre le observa desde la distancia para luego desaparecer. Años después, como estudiante de tanatopraxia descubre que el ente puede estar detrás de sospechosas desapariciones en su ciudad. De mientras, la relación con su padre no mejora desde el accidente, su relación con la doctora será meros trámites contractuales más allá de superar sus traumas. El único desvío en su rutina interpersonal será conocer a Alicia en sus investigaciones, su antítesis personificada: alegre, atrevida y extrovertida.
El vigilante es una novela que con un lenguaje directo y sin demasiada floritura en su escritura, aunque sí descriptiva, gana enteros cuando la trama se encuentra en su punto álgido durante el clímax. Y donde, por su puesto, tú ya has entrado de cabeza, claro está. Con una estructura que se asemeja a un largometraje, sin que esto sea un perjuicio, la historia logra crear un juego con el lector en el que sospechar de cada suceso que se cuenta. Así, la amistad de Nayla y Alicia, la relación de Nayla con Nebreda, su padre, o con Olivares, su psicóloga, o de sus desventuras investigadoras… cualquier cosa puede sumar para resolver o enredar las diferentes intrigas.
Sara G., Chico Morera y Sara R. Ibáñez trasladan toda la magia del terror más clásico y el slasher más sangriento a un argumento que también tiene mucho de thriller, todo sin faltar a la inocencia de sus protagonistas que, a pesar de sus situaciones personales, afrontarán el miedo de cara.
Una lectura agradecida que, por extraño que parezca, también recordaremos visualmente por algunos de sus capítulos con momentos gráficos tan peculiares que sus descripciones se percibirán como fotografías en nuestra cabeza.
Para ver más, comentamos la novela en el Underbrain Show #55